El atún rojo va mejor
pero aún no se ha salvado
El atún rojo del Atlántico, cuya carne se busca desde la antigüedad, alcanza ahora precios récord, entre otras cosas, por la moda mundial del sushi y el sashimi. Esta «gallina de los huevos de oro» excita la codicia y desata las pasiones. Debido a la sobrepesca, las poblaciones marinas de esta especie altamente migratoria han disminuido hasta tal punto que ha sido necesario poner en marcha un plan de gestión internacional. Esto está empezando a dar sus frutos, pero las reservas siguen siendo frágiles y no se han repuesto.
El Principado de Mónaco está actuando para garantizar la supervivencia de esta especie emblemática del Mediterráneo, un ejemplo concreto de los problemas y retos de la gestión de los recursos que nos ofrece el Océano, y una perfecta ilustración de nuestra dificultad para consumir de forma sostenible.
Es en este contexto que el Instituto Oceanográfico les ofrece este informe especial sobre el atún rojo, y para destacar las iniciativas y acciones federativas del Principado de Mónaco en este ámbito.
Más que un símbolo, la conservación del atún rojo es una prueba de nuestra capacidad para adoptar finalmente una actitud de responsabilidad colectiva.
S.A.S. el Príncipe Alberto II de Mónaco
La situación está mejorando, pero no se gana nada...
Gracias a la acción conjunta de algunos países y ONG, que ha permitido reforzar el plan de recuperación y realizar un seguimiento más eficaz, la situación del atún rojo ha mejorado desde 2009. Las capturas declaradas están disminuyendo, los atunes rojos jóvenes son más abundantes, la biomasa reproductora está aumentando y los pescadores observan a los atunes con mayor regularidad. Los científicos creen que la especie ya no está sobreexplotada, pero las poblaciones, aunque en mejor estado, no se han recuperado y siguen en un nivel muy inferior al que tenían antes de la pesca industrial. La vigilancia es necesaria, sobre todo porque persisten algunas malas prácticas, especialmente la pesca ilegal, que sigue siendo preocupante, y el apetito sigue siendo tan fuerte como siempre.
Con las cuotas de pesca que volverán a aumentar en 2019 y 2020 (los niveles más altos desde que se puso en marcha el plan de recuperación), corresponde a la comunidad internacional, a los científicos y a los consumidores (y, por tanto, a todos y cada uno de nosotros) prestar mucha atención a la evolución de la situación del atún rojo en los próximos años. ¡Para continuar, entonces!