UN OCÉANO SANO PARA UNA DIETA SANA
Satisfacer las necesidades alimentarias del mundo
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Preservar los recursos para la seguridad alimentaria y la salud
La salud requiere una dieta suficiente y equilibrada, que incluya un aporte regular de proteínas, vitaminas, lípidos, minerales y oligoelementos. El océano nos proporciona una buena parte de estos elementos que son esenciales para nuestro metabolismo.
En todo el mundo se consumen 20 kg de pescado al año por persona. El 17% de las proteínas animales consumidas por el ser humano procede de la pesca y la acuicultura. En Indonesia o Sri Lanka, proporcionan al menos el 50% de las proteínas animales que consume la población. Esto demuestra el gran reto que supone preservar los recursos para la seguridad alimentaria y la salud. Por desgracia, debido a la sobrepesca, la contaminación y la pesca ilegal, las poblaciones de peces de todo el mundo están disminuyendo. El 33% está sobreexplotado (¡en el Mediterráneo, esta tasa alcanza el 62%!) y el 35% de los peces capturados no llegan a nuestro plato, un despilfarro a lo largo de toda la cadena, que no debemos seguir tolerando. Para que la humanidad siga gozando de buena salud, es esencial gestionar los recursos de forma verdaderamente sostenible, empezando ahora. Y es posible.
para satisfacer las necesidades mundiales de proteínas
Algunos especialistas estiman que, si se protege y gestiona bien, el océano podría proporcionar dos tercios de las necesidades mundiales de proteínas, estimadas en 500 millones de toneladas, de aquí a 2050.
Esto sólo es posible si el océano sigue siendo un entorno saludable tanto para los organismos como para nosotros. El océano, que es notablemente resistente a las perturbaciones, se ve desgraciadamente a veces «superado» por la contaminación de origen terrestre: pesticidas como la clordecona, metales pesados, contaminación orgánica urbana, así como los problemas emergentes de los disruptores endocrinos o las nanopartículas. A veces es la degradación de los ecosistemas la que provoca problemas de salud, como cuando la muerte de los corales da paso a las algas y a la ciguatera tóxica.
Durante mucho tiempo, el océano ha sido confundido con una despensa inagotable y, al mismo tiempo, con un cubo de basura sin fondo. Hoy en día, debemos cuidar de un entorno extremadamente vivo, que nos alimenta y cuida.